domingo, 16 de octubre de 2011

Tengo treinta razones para ser feliz, y otras once para sonreír.

A partir de hoy me voy a limitar solo a amarte. A necesitarte doce horas del día, y a echarte menos otras doce. A pensar por cada segundo treinta veces en ti, y por cada minuto trescientas treinta y cinco veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sonrisas falsas