domingo, 15 de enero de 2012

Y que le jodan a las expectativas de los demás.

Llevo unos días pensándolo, recapacitando, y cansándome de los comentarios de la gente que me pueden. He intentado ignorarlos, créeme que algunos me dan igual, he incluso se me han echo más pesados de lo que pueden parecer. Pero una ya se cansa, tiene sus límites. ¿Y si no me conoces, por que tienes que decir tú lo que siento? Suficiente difícil es que él este allí y yo aquí.
Distancia. Kilómetros. Lejos. Él. Nosotros. ¡Qué duele coño!
Aunque no os deis cuenta, jode, y bastante. Querer tenerle entre mis brazos todos los días, saborear sus labios y rozar mi lengua con la suya. ¿Que más me dará a mi que una distancia nos separe? ¿Por eso no le puedo querer o qué?
Necesidad. Si. Eso siento todos los días cada vez que veo a parejitas de esas que quizás ni ellas mismas se querrán de verdad. Y lo echo de menos. Y a kilómetros de él, de poder hacer lo que ellos hacen, pero sintiéndolo como nunca nadie lo había sentido.

Y si no estáis en mi piel, ninguna de vosotras sabéis lo que siento. 

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