domingo, 9 de febrero de 2014

No vine a hablaros de los recuerdos que te quedan después de un año de cosas difíciles. No he venido a contaros como te sientes después de que los problemas te lleguen hasta el cuello y te cueste hasta respirar. Ni tampoco de ruinas, ni de mierdas de las que no puedo quejarme.
Tan solo quería contar algo sobre sus ojos. Sobre esa mirada que no se borra nunca de mi mente.
Sobre esos ojos que me gritaban que me fuera, que me alejara de todo ese desastre que él era, y de esos labios que no dejaban de susurrarme que me quedara, que intentara buscar su norte y arreglar un poco su vida.
No éramos el mejor ejemplo de crear cuentos, pero teníamos más historias que realidades.

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Sonrisas falsas