viernes, 16 de diciembre de 2011

Nunca lo hice, grandullón.

''Nunca me olvides'' me susurró antes de irse. '¡No lo haré!' grité yo mientras el iba andando sin mirarme. Pasaron los días, meses, incluso años, y como el dijo, nunca lo olvidé. Un día como otro cualquiera, estaba tumbada en el sofá, a punto de irme al instituto. Tocaron a la puerta. 'Mamá, seguro.' pensé. -¿Sí? +Abre, a lo mejor me reconoces por la voz. Y de repente una sonrisa se colocó en mi cara. Una sonrisa como ninguna otra. Abrí, por su puesto, y me tiré a sus brazos. Le besé, abracé, y acaricié. Le eche tanto de menos durante estos 3 años. El tampoco se había olvidado de mi, y eso de alguna forma o de otra, me tranquilizaba.



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Sonrisas falsas