Gracias por dedicarme sonrisas cuando más lo necesito, y también por pegarlas en mi cara y no poder despegarlas por mucho que pase. Gracias por hacer que un día del calendario destacara entre tantos haciéndolo ese nuestro día. Gracias por todo lo que has intentado hacer por mi, por lo que has llegado hacer, y por todo lo que estás haciendo. Gracias por ayudarme a olvidar sin necesitar una botella de cualquier cosa que lleve alcohol. Gracias por haberme aguantado, que eso ya es un récord que muchos no consiguieron. Gracias por secarme las lagrimas y hacer que se convirtieran en risas. Gracias por haber aparecido en mi vida, haciéndola cambiar por completo. Gracias por cada momento pasado juntos, por cada instante que se hizo especial simplemente por que estaba hablando contigo. Gracias por estar ahí siempre, por cuidarme y preocuparte por mi. Gracias por hacer que mi felicidad lleve tu nombre y tu apellido. Gracias por absolutamente todo, por que me quedaría sin gracias para agradecerte todo lo que has echo por mi. Pero me temo que ahora tengo que decirte adiós, ya que si no lo hago sé que me haré más daño a mi misma, y no debería. Me he reconstruido, he aprendido a reírme de mi misma y a sonreír por la mínima tontería. Y sí, por si te lo preguntas, ha sido todo gracias a tus perfectas charlas que tanto echo de menos mi amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sonrisas falsas